viernes, 31 de octubre de 2008



El Boom de la Literatura Latinoamericana en los '60




El Instituto Torcuato Di Tella: Promotor del Cambio














Iliana Tognola





Instituto Divino Salvador








Índice
1. El Di Tella

1.1. El CLAEM (Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales)

1.2. El CAV (Centro de Artes Visuales)

2. El fin del Di Tella

3. A modo de conclusión

4. Bibliografía





1. El Di Tella
La siguiente monografía está destinada a mostrar al Instituto Torcuato Di Tella como centro del desarrollo y la modernización artística y cultural en la Argentina de la década del ‘60, demostrando la fuerte influencia de esta institución en los diferentes ámbitos artísticos, que por esa época comenzaron a experimentar profundos cambios que desembocaron en el exilio de muchos artistas argentinos de la época.
Los primeros años de la década de 1960 estuvieron signados por la desaparición de lo “artísticamente correcto” y su pronto reemplazo por la aparición de nuevos movimientos artísticos como los happenings, collages, assemblages. También nuevos términos y lenguajes plásticos como informalismo, neodada, cientismo, figuración crítica, arte destructivo, vivo dito, neofiguración, arte pop, variaciones de lo geométrico, minimalismo y conceptualismo. Las diversas formas de expresión artística comenzaron a fusionarse para conseguir resultados más impactantes, que involucraran más al público consumidor y lo transformaran en participante.
Este desarrollo del arte en Argentina es resultado del trabajo realizado en la sede de Florida 936 desde el 22 de julio de 1958, cuando, al cumplirse el 10º aniversario del fallecimiento del empresario Torcuato Di Tella, se inaugura un instituto benéfico con su nombre.
Dentro del instituto se crearon organismos independientes dirigidos por especialistas.
El Centro de Investigaciones Económicas, el Centro de Artes Visuales, el de Experimentación Audiovisual y el Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales, son los que se incluyen entre los organismos anteriormente nombrados.


1.1. El CLAEM (Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales)
Fundado entre 1960 y 1962 por Alberto Ginastera, financió y promovió el experimento de jóvenes que aspiraban a hacer de la música su vida. Éstos conformaban un grupo de doce becarios de Latinoamérica a quienes se les pagaban unos doscientos dólares al mes para que tomaran clases, investigaran y compusieran música contemporánea.
Dentro del CLAEM también funcionaba un laboratorio de música electroacústica (pionero en el mundo por dedicarse a los campos creativos e investigativos) que era utilizado como taller de construcción de nuevos aparatos relacionados a la música y, en menor proporción, como aula, en la que se dictaban las clases de Técnica de composición con medios electroacústicos.
Las clases de electroacústica fueron posibles gracias al ingeniero Fernando von Reichenbach, quien diseñó el convertidor gráfico analógico (conocido con el nombre de Catalina), una máquina inmensa que transformaba las partituras gráficas en sonido.
Durante toda esta década el Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales significó para estudiantes, jóvenes y compositores el punto de encuentro que les daba la oportunidad de aprender y experimentar junto a los grandes compositores de la época como Aaron Copland, Bruno Maderna, Iannis Xenakis, Luigi Dallapiccola, Luigi Nono, Olivier Messiaen, Vladimir Ussachevsky, entre otros.


1.2. El CAV (Centro de Artes Visuales)

Fue creado por Guido y Torcuato Di Tella (hijos del empresario industrial Torcuato Di Tella) con el objetivo de modernizar las artes argentinas, acercando a los jóvenes a las prácticas y modos que estaban a la vanguardia en París, Londres y Nueva York.
Para lograr ese propósito se realizó un aporte de 5oo millones de pesos de esa época y se donó una muy importante colección de arte, compuesta por 74 obras, que le pertenecía a Di Tella, quien la inició en 1940 con el asesoramiento del italiano Lionello Venturi.
La colección contaba con pinturas de Tintoretto, Rafael, Van Dyck, Rubens, Rembrandt, Mattisse, Modigliani, Chagall, Picasso, Kandinsky, entre otras.
Quienes tuvieron la tarea de dirigir este centro fueron el ya nombrado Lionello Venturi, Jorge Romero Brest (Director del Museo de Bellas Artes en esos tiempos), el profesor de egiptología de la Universidad de Brown -Estados Unidos- Ricardo Caminos, y en representación del Instituto Di Tella, el ingeniero Guido Di Tella.
Precisamente Romero Brest, ya a cargo del CAV enunciaba:



"No admitiremos repetición, por considerar inoperante la actitud creadora de
quienes vuelven sobre lo hecho, aunque sea hecho por ellos mismos, y por mucha
calidad que se le pueda reconocer a las obras que hagan... nuestra vara no es la
del valor, cuya estimación es social y exige reconocimiento público, sino la de
la invención, aún mejor dicho la de la aventura... proponemos un camino de
libertad de expresión"


Con la bandera de la aventura y la libertad de expresión, el Centro de Artes Visuales del Di Tella se consolidó como un impulsor de las artes visuales argentinas, apostando a la creación de obras artísticas que ya no tenían a la pintura como único recurso de expresión. A partir del trabajo realizado tras sus puertas como, por ejemplo, la institución de premios nacionales e internacionales y becas en el exterior, la organización de numerosas exposiciones de escultura, pintura, diseño arquitectónico, fotografía y, estimulando la experimentación con nuevos materiales y propuestas que involucraran al público, el Di Tella logró fomentar la fusión de la pintura con otras formas de expresión artística como la música, la moda, el teatro, la publicidad y el diseño industrial.
Así nacieron los happenings, los assemblages, collages, performances, entre otros.
El happening (en ingles: evento, ocurrencia, suceso) es una expresión artística surgida en los ’50 que se caracteriza por hacer que los espectadores dejen de ser simplemente eso y se conviertan en activos participantes.
El objetivo principal del happening es producir obras de arte con un aspecto diferente, en el cual el “objeto” no es un elemento estrictamente necesario.
El happening más importante fue La Menesunda, una obra de Marta Minujin realizada en las instalaciones del Di Tella en mayo y junio de 1965.

El proyecto fue de Marta y Rubén Santantonín, con la colaboración de Pablo Suárez, David Lamelas, Leopoldo Maler, Rodolfo Prayon y Floreal Amor.






Se trataba de una ambientación que el espectador debía recorrer a través de
dieciséis zonas y situaciones diferentes, sin aviso previo de lo que en su
interior ocurriría. Se accedía en grupos de ocho personas por vez, luego de
esperar en largas filas, se ingresaba a través de una silueta de un hombre
recortada en una cortina de plástico transparente. Después se transitaba por un
túnel de luces de neón que llevaba a un espacio con diez televisores encendidos
con su volumen alto. Luego, se ingresaba en un dormitorio con una pareja en la
cama. Otro túnel, con luces de neón y sonidos de la calle, conducía a una
escalera con pasamanos de esponja y un fuerte aroma de perfume, que finalizaba
en una gigantesca cabeza de mujer. Su interior estaba cubierto de cosméticos y
una maquilladora atendía al público, aplicándole sus productos. Un canasto
giratorio conducía al espectador maquillado a un túnel de paredes blandas y
suelo gomoso. Al traspasar una puerta se entraba en un espacio oscuro con olor a
consultorio dental, en el que había un disco telefónico gigante: para salir de
la ambientación era necesario acertar el número a marcar. La salida era a través
de una cámara frigorífica, con una temperatura de algunos grados bajo cero,
llena de telas de todo tipo y color que cerraban el paso. Finalmente, se accedía
a una cámara octogonal con espejos, que se oscurecía al ingresar el visitante.
De inmediato se encendían luces negras y unos ventiladores hacían caer una
lluvia de papel picado de colores. Como despedida, un aroma a frituras devolvía
al espectador a su espacio cotidiano



Además de La Menesunda, se realizaron exposiciones como:



Ø Juan Stoppani, envolvió un vasto espacio entre dos paredes y el techo. cien metros de satén desplegado, formando un ángulo recto.
Ø David Lamelas, expuso en las paredes de una gran sala hexagonal 17 televisores, pero sin imágenes, sólo una luz vagamente pulsante y sonidos indeterminados.
Ø Alfredo Rodríguez Arias, estableció relación entre ocho lugares esparcidos en todas las salas, provocando recíprocas referencias entre las realidades que eran los lugares de la sala y su información.
Ø Oscar Bony, cubrió sesenta metros cuadrados del piso con alambre tejido y en una de las paredes hizo que una máquina cinematográfica de 16 mm proyectara constantemente la misma imagen de un fragmento de alambre, invitando a relacionar percepciones que mutuamente se modificaban.
Ø Pablo Suárez, escogió un ancho corredor que unía a las dos salas principales acotando el espacio pero sin cerrarlo. Con un tacho de agua caliza, una reja de alambre tejido y dos paneles, el contemplador entraba en un ambiente y veía otro, y a la inversa cuando entraba del otro lado, relacionando las situaciones.
Ø Ricardo Carreira presentó piezas diferentes, repartidas en el centro. Una franja fijada del piso de parquet y otra franja de parquet montada como panel entre pilares. Un montón de yeso, una tela de terciopelo rojo y una gran plancha de vidrio, constituían un muestrario que según el autor se trataba de “un rompecabezas que se arma al descubrirse el propósito des-institucionalizador del conjunto”

La cuestión en todo este nuevo movimiento de “modernización” era ¿Es esto arte? ¿Cuál es la obra artística en un happening o una performance? Pero para estos interrogantes, quien tenía la respuesta era Romero Brest:



"Convocamos a los contempladores a relacionar imagen y concepto. Que si la obra
de arte, como cosa, tiende a desaparecer, según lo vengo sosteniendo desde hace
años no desaparecerá el arte, el cual solamente, cambiará de aspecto"

Otras actividades realizadas desde el Centro de Artes Visuales del Di Tella fueron, por ejemplo, una muestra sobre arte precolombino en 1963 y, en 1966, una sobre arte virreinal de museos e iglesias del Perú. En 1967 y 1968 reunió a artistas jóvenes que buscaban la realización de obras artísticas que los llevara mas allá de la relación “arte-objeto”, hasta llegar a algo parecido al “todo es arte” de Marta Minujin.

2. El fin del Di Tella
Una de las tantas experiencias realizadas en el Di Tella en 1968, fue “Baños”, una obra de Roberto Plate que consistía en la instalación de de una simulación de baños públicos, en los que el espectador podía escribir en las paredes como lo haría en un baño publico cualquiera. Una de las inscripciones resultó ofensiva al por entonces presidente Onganía, quien de inmediato sancionó la clausura de esa obra.










El 28 de junio de 1966 asume el poder el General
Juan Carlos Onganía y los
militares."La situación de hoy es menos clara que
en la época de Illia, por el
ejercicio de la censura para ciertas actividades
artísticas, pero en los
primeros meses la revolución amenazó ser más oscura
todavía, cuando funcionarios
municipales y policiales perseguían a los
jóvenes a causa de sus modos de vestir
y actuar. La represión por cierto, no
ha terminado. Más tampoco ha llegado a
mayores en el momento en que escribo,
a pesar de todo, aún persiste la actividadcreadora." Romero Brest

Luego de esta clausura el resto de las obras que se encontraban en desarrollo por esos días se etiró voluntariamente en protesta por la censura y a fines de la década del '60, numerosos artistas se exiliaron del país.

Sin embargo, el golpe de muerte al Di Tella sería dado en 1970, cuando se estableció la reducción del presupuesto, que en un año pasaría de 1 millón de dólares a 400.000 dólares. Esta situación provocó enfrentamientos internos entre los integrantes de la junta directiva del instituto, por lo que Romero Brest renunció y en mayo de 1970 el Di Tella cerró sus puertas.



3. A modo de conclusión

Este trabajo monográfico demuestra que el Instituto Torcuato Di Tella fue uno de los principales promotores de los grandes cambios culturales y artísticos producidos en la década de 1960. Es gracias a él, que jóvenes y adultos, inexpertos principiantes y grandes figuras de importante trayectoria artística de toda Latinoamérica se movilizaron con el afán de ver progresar el arte latinoamericano, de estar a la vanguardia e incluso de ser un referente a nivel mundial.

El Instituto Di Tella proporcionó el contexto perfecto para el boom literario del ’60 al fomentar el crecimiento de mentes abiertas a ideas nuevas, a la experimentación y la libertad de expresión.


Afortunadamente he allado un video del CLAEM que es un perfecto complemento para cerrar ideas sobre el convertidor gráfico analógico "Catalina".

Además es posible observar (solo observar, pues esta segunda parte del video no tiene sonido) un concierto realizado en el Di Tella.



http://www.raulminsburg.blogspot.com/ . En caso de no funcionar el primer URL se puede ver el video ingresando en el segundo. Una vez en el blog, se debe buscar el archivo de entradas realizadas en el mes de febrero de 2008, el día 1.


"La filmación no tiene fecha. Pero en la primera parte se lo ve trabajando a Fernando Reichenbach, quien se hace cargo de la dirección técnica del Claem en 1966. También se menciona la obra de Pedro Carievschy "Paraboloides Hiperbólicas" realizada con el convertidor gráfico llamado "Catalina", desarrollado por Reichenbach y que comenzó a utilizarse en 1967. Esta obra fue hecha con 48 osciladores controlados por el convertidor, cosa que es muy fácil de hacer hoy en día con la tecnología digital, pero no lo era para nada en ese momento. De todas formas se hizo y encima con tecnología generada en el país. El tema, por supuesto, no es solamente la utilización de 48 osciladores, sino el haber podido realizar música de cierta complejidad y con gran cantidad de información. No encontré la fecha exacta de realización de esa obra, pero sabiendo que el Di Tella lo cierran en el 71, esta filmación debe haber sido hecha en el lapso de estos cuatro años: 67 -71.La segunda parte, sin sonido, es básicamente de un concierto. Lamentablemente no reconozco a los que están presentes"


Las siguientes imágenes pertenecen al programa "La vida es arte", conducido por Lalo Mir
En este programa se habla exclusivamente del Di Tella, como comenzó, lo que produjo, como terminó, entre otras cosas. Es muy útil para tener una idea general del asunto.
La vida es arte- El Di Tella 1º parte






La vida es arte- El Di Tella 2º parte





4. Bibliografía


2 comentarios:

Daiana dijo...

Ilianiiitaa!!
Es interesante el tema, pero lo confieso no termine de leer todo. reo que es porque tengo sueño, porque me llamo la atencion, ya que no lei en ninguna parte sobre el instituto ditela, o tal vez no le abre prestado mucha atencion.

Besitos

Profe Diana dijo...

Has desarrollado un tema riquísimo y lo has explotado muy bien.

Creo que has desaprovechado una herramienta como el hipervínculo. Te sugiero que experimentes con ello.

Muy bien cada uno de los aportes para textuales y el modo que los referencias.

Aspectos formales, correctos.